Lo que sigue no es un listado completo (¡quién podría presumir de completar semejante tarea!) de algunas de esas lecciones surgidas de la propia experiencia democrática y que podrían enriquecer el futuro de la convivencia ciudadana. Seguramente habrá otras muchas que brotaran de la experiencia de cada lector y lectora, como motivación o no de estas líneas. En cualquier caso será siempre positiva la reflexión. En la enumeración no hay tampoco un orden de prioridad o de importancia.